viernes, 18 de enero de 2008

ARISTIANGUIS

Bloq Mayús para este tema...

Me queda claro que el motivo oficial de la salida del aire de Carmen Aristegui tiene sustento en el desacuerdo entre ella y la dirección de W Radio: un problema contractual. Directivos de la hispanomexicana Radiópolis (50% de Grupo Prisa y 50% de Televisa ) han retado a Carmen para hacer público el contrato y así disipar las sospechas de censura que muchos (incluida la misma) han condenado durante las últimas semanas.

No me queda claro
si además de la decisión de no renovar su compromiso profesional, su salida de la titularidad de la emisión matutina de Hoy por Hoy (espacio que dirigió y condujo por cinco años de lunes a viernes, de 6 a 10 de la mañana) esconda otro tipo de razones que debido a la coyuntura, algún sector de la opinocracia considera el hecho como un acto más de represión del gobierno de Felipe Calderón.
No es que no me quede claro por necedad ni por ceguera política o ideológica. A lo largo del lustro en que la periodista laboró en la W, nunca criticó la presencia en México del conglomerado español, propiedad de la familia de Polanco. Ella aduce a un acuerdo de no denunciar la violación al artículo 23° de la Ley Federal de Radio y Televisión (que prohíbe la admisión de socios extranjeros en las concesiones otorgadas por el Estado mexicano) en aras de formar parte de un proyecto que subiera el nivel de la radio en el país. O sea, aceptó ser parte de un negocio ilegal, pero como la intención era buena, se sintió justificada.Me queda claro que el problema real radica en la falta de solidez institucional del Estado. Las suspicacias o razones que se manejan en este caso formarán parte del capítulo de transición en la relación entre medios, Estado y audiencia, cuyas razones últimas son la democratización del manejo de la información y la producción de contenidos audiovisuales de verdadera calidad.

En este transitar, hay quienes buscan lucrar políticamente con este controvertido suceso, que dio la bienvenida al turbulento 2008. Simpatizantes del movimiento social de Andrés Manuel López Obrador, personajes ligados a la izquierda y algunos comentaristas, columnistas e intelectuales han manifestado su disgusto tras este altercado entre la periodista y la radiodifusora. No estoy condenando el lucro, de hecho es normal. En toda acción política se persigue el beneficio, pero en este caso, Carmen Aristegui ya dejó de beneficiarse de todo el jaloneo que ha provocado la cesión de su puesto laboral. Quienes están colgándose de la bandera de la libertad de expresión para reactivar la lucha contra el régimen, aprovechan no sólo este caso sino cualquier traspié del frágil segundo sexenio panista consecutivo en la presidencia.
Este es el estado de cosas en el país, que desde hace más de cinco años se encuentra sumido en la misma dinámica dialéctica y política. Cobrar mucho, pagar lo menos posible. Aprovechar la circunstancia y extraerle jugo hasta secarla. Comienza a cansar esta realidad de trampas. Es cierto que Carmen se despidió de su audiencia el viernes 4 de enero y que más que dejar claros los motivos por los cuales salía, dirigió un mensaje un tanto ambiguo que dejó confundido a más de uno de sus asiduos radioescuchas y a la opinión pública en general. Pero también es cierto que los temas y el tono de su noticiero molestaban sobremanera a diversos poderosos personajes.A sus 44 años, Carmen Aristegui seguramente tendrá ofertas para volver a la radio, liderando un noticiero que colocará en uno de los primeros lugares de audiencia. El retorno de su voz al cuadrante será un recordatorio permanente para que en los meses venideros, la discusión sobre la nueva ley de medios vaya a fondo e incluya la participación de nuevos jugadores en la televisión nacional que rompa con el duopolio Azteca-Televisa, además de fomentar un reordenamiento de las frecuencias de radiodifusión y una revisión al derecho de las audiencias, entre otros pendientes que urgen.La salida del aire de esta periodista es la coyuntura perfecta que puede servir de escarmiento a los poderosos para que por fin se den cuenta que con leyes claras no hay lugar para malos o buenos. Con leyes justas -como cuando vamos al tianguis- todos salimos ganones.

Alt+Tab, cambiamos de asunto.